Hoy me ha aparecido en el correo un mail de un consultor (Sam Ovens) sobre porque no solemos ser capaces de permanecer concentrados en una tarea mucho tiempo y porque postergamos las cosas.
Dice que en el cerebro hay dos partes: una emocional y otra racional, y que aunque sepamos que tenemos que hacer algo, si de verdad no nos apetece, estamos fastidiados.
Para solucionar esto, tenemos que dedicarnos a algo que nos guste. Así, las dos vertientes de nuestro cerebro no estarán a tortas todo el día.
Para saber lo que nos gusta, tenemos que conocernos. Y como el tío es un friqui de la informática, lo hace así: Mira tu historial de busquedas de google, los video de youtube que has visto, las webs que tienes en favoritos, también pregunta a sus amigos: ¿De que hablo más? …
Eso te da un área de interés que puede ser, por ejemplo, «barranquismo». No quiere decir que tengas que hacerte monitor de descenso de barrancos: Podrías ser gerente de un club, diseñador o vendedor de arneses o de neoprenos, corredor de seguros de aventura, llevar una agencia de viajes especializada, fotógrafo o cámara…
Sam acaba recogiendo una anécdota de Michael Jordan: Le preguntaron que había que hacer para ser el mejor jugador del mundo y el respondió simplemente; «Amar el juego»
Mi anécdota, es de mi sobrina que fue con su universidad a Korea del sur y un super gurú de marketing empezó la clase preguntando a los presentes «¿Para que creéis que venimos al mundo?» y tras un par respuestas mas o menos válidas de los otros alumnos, mi sobri dijo: «A dar Amor y recibir Amor» El profe casi se cae de espaldas y reconoció que esa era la conclusión, pero que a el le cuesta un par de sesiones hacer que sus alumnos lleguen a ella.
Yo disfruto enseñando a la gente lo que me gusta y sobretodo cuando les veo en la cara que a ellos también les empieza a picar el gusanillo…